Si no eres feliz, ésta es tu oportunidad para cambiar.
El fundamento de esta ley está en que comprendas que tienes dentro tuyo la capacidad para atraer aquello que deseas. Es probable que este concepto todavía te parezca inalcanzable. Pero si entendiste bien los principios desarrollados en los capítulos anteriores, ya sabes que este poder realmente existe en cada uno de nosotros. Con seguridad, la probabilidad de atraer lo que deseas te resultará más real si consideras cómo se crean las cosas desde el mundo espiritual, del mundo de lo sutil, y cómo se manifiestan en el mundo material.
El mundo material de la forma tiene su origen en algo diferente a lo físico, aún cuando sepamos que todo es uno y lo percibamos desde una perspectiva integradora. Esta fuerza tiene muchas características que no pueden ser visibles por nuestros sentidos físicos y, sencillamente, la conocemos por el nombre "energía". Esta fuerza está en todo lo que existe en nuestro Universo e influye en los objetos que la rodean, con algo que definimos como fuerza de atracción. La podemos ver con facilidad en los campos magnéticos, pero no somos capaces de detectar esta energía sutil con nuestros sentidos materiales. La fuerza está aquí, atrae y repele en todo el Universo. Al estar en todas partes también está dentro nuestro. Podemos observar los resultados, pero no vemos directamente la fuerza que es demasiado intangible y siempre está fluyendo.
El planeta Tierra gira de manera permanente sobre sí mismo y alrededor del Sol, y también se desplaza en el espacio. Todo lo que existe sobre el Planeta es parte de este flujo, aún cuando a nuestros sentidos les parezca que está todo inmóvil. Tú estas en el Planeta.
La energía que lo mueve también te mueve a ti. La energía que está en la misma esencia de la Tierra esta en tí. Es magnética y eléctrica, y contiene la poderosa fuerza de atracción.
La esencia de la Ley de Atracción es que podemos usar esta energía porque somos esa energía.
Podemos utilizar esta fuerza universal para atraer hacia nosotros lo que deseamos, porque la misma energía que existe en aquello que deseamos, también está en nosotros y viceversa. Lo que nos abre el camino para aprovechar esta ley es la voluntad y la intención.
Atraer cosas al mundo material es un proceso que llamamos "manifestación".
Lo que manifestamos implica el uso de la misma fuerza que hay en todo aquello que ha sido creado. Sólo se trata de una cuestión de nivel. No existe diferencia alguna entre el poder que atrae cualquier cosa desde el nivel de las ondas al nivel de las partículas, y el poder que produce que tus pensamientos e imágenes mentales se vuelvan realidad. El mundo espiritual del que surge toda materia, y el mundo material mismo, conforman una totalidad armoniosa.
Están separados pero, al mismo tiempo, unidos como la cima y la base de una montaña, distintos pero formando un todo inseparable. Ubiquemos esto en la correcta perspectiva de la física quántica: la manifestación no es más que la trasmutación de ondas de probabilidades en partículas de realidad tangible.
Esta transformación exige energía, que es invisible pero parte integrante de todo lo que existe,
incluido tú mismo. Tus pensamientos y visualizaciones son tus herramientas de atracción. El flujo
de transformación de la imagen mental y su aplicación a la manifestación son algo que se puede vivenciar cuando tenemos absoluta fe y certeza. Dentro tuyo está la sabiduría que te permite saber que puedes atraer todo lo que desees mediante esta ley cósmica.
Tus visualizaciones y la Ley de Atracción
Existe dentro de ti un poder que te permite crear el pensamiento o la imagen mental. Esta capacidad de visualización es la Ley de Atracción que está en todos los procesos que están relacionados con la creación. Esta fuerza es la esencia misma de la vida en todas sus manifestaciones.
Al poner en acción la Ley de Atracción no intentamos modificar o anular de ninguna manera las leyes de la naturaleza. Estamos cumpliendo con esas leyes, nuestra capacidad para visualizar mentalmente es la fuerza creativa divina que se expresa en energía dentro de cada uno de nosotros. Esta fuerza se potencia con la alegría, la felicidad, el amor y la paz interior. Cuanto más se desarrollen estas cualidades del alma en ti, tanto más se expresará la divinidad desde tu interior, y tanto más te transformarás en una expresión directa del Universo.
Toda esta fuerza de manifestación se pone en movimiento a través de tus pensamientos. Si en tus imágenes te visualizas manifestando los deseos y condiciones que anhelas -y esto se encuentra firmemente enraizado en la alegría, el sentimiento pleno y la fe- estos pensamientos creativos atraerán esas metas irreversibles hacia tu vida.
El campo de pensamiento coherente
La Ley de Atracción se fundamenta en la creación de campos de pensamientos coherentes. Esto significa que no solo debemos utilizar nuestros pensamientos y visualizaciones curativas para enfocarnos en nuestras metas y objetivos, sino que además debemos ser consecuentes con ellas.
De nada sirve repetir afirmaciones o visualizar nuestra salud, si en la vida cotidiana nos pasamos casi todo el tiempo quejándonos sobre nuestras enfermedades y hablando en forma absolutamente contraria a la programación de nuestro objetivo.
Cuando creamos un campo de pensamiento coherente, éste funciona como un verdadero imán atrayendo las personas y condiciones adecuadas para la realización de nuestras metas. Sin embargo cada vez que desarrollamos pensamientos en sentido contrario transformamos ese pensamiento de atracción en repulsión. Este verdadero zig zag mental termina anulando todo nuestro esfuerzo.
De tal manera que para poner plenamente en funcionamiento la Ley de Atracción, debemos elegir un conjunto de técnicas que sea el más acorde a nuestro estilo de vida, y desarrollar así un programa diario. Pero, tal como dijimos anteriormente, no alcanza sólo con esto sino que debemos ser coherentes con nuestros objetivos en forma constante durante las 24 horas.
Los miedos y la Ley de Atracción
Nuestra mente creativa inconsciente no discrimina si un pensamiento es positivo o negativo, poniendo en funcionamiento la Ley de Atracción siempre que se genere un campo coherente de pensamiento.
Lamentablemente, los pensamientos negativos como el miedo o la preocupación, muchas veces forman campos de pensamientos muy sólidos, y el resultado es la manifestación de nuestras peores pesadillas en nuestra vida cotidiana. Por lo tanto, es prioritario barrer cualquier tipo de pensamiento negativo apenas aparezca. Esto no significa tomar una actitud que niegue la realidad, sino todo lo contrario. Una cosa es ocuparse de las cosas y otra es preocuparse.
Tenemos que crear el hábito de neutralizar de manera inmediata cualquier visualización desagradable o expresión de nuestros temores internos. Muchas veces estos miedos surgen por falta de confianza en nosotros mismos debido a una baja autoestima.
Esfera de disponibilidad
Dentro de cada uno de nosotros existen creencias que determinan lo posible y lo imposible, lo probable y lo improbable.
Todo lo que consideramos posible o probable para nosotros, podemos imaginarlo dentro de una esfera a la que llamaremos metafóricamente "esfera de disponibilidad". Todas las metas, objetivos, cambios, transformaciones que estén ubicados dentro de esta imaginaria esfera están disponibles para nosotros aquí y ahora, y solo basta que pongamos en funcionamiento la Ley de Atracción.
Si nuestras metas se encuentran por fuera de esta esfera, no están a nuestro alcance por más que nos esforcemos ajustando nuestros pensamientos. Es decir, hasta que no podamos expandir nuestra esfera de disponibilidad no nos será posible alcanzar esa meta. En la práctica, esto significa que tenemos que trabajar muy fuertemente con la idea de que todo es posible para nosotros y que decididamente nos merecemos todo lo mejor. Por lo tanto, para evitar pérdidas de tiempo a la hora de programar nuestros objetivos, debemos pensar si realmente sentimos interiormente que esa meta es probable o posible para nosotros. Si la respuesta es negativa tendremos que trabajar primero en ese aspecto antes de que la Ley de Atracción pueda poners en funcionamiento de manera efectiva.
Otro aspecto importante es lo que podemos definir como nuestra "ecología personal". Es posible que lo que nos estamos proponiendo sea algo que consideramos posible, pero, sin embargo, puede existir la posibilidad de que alguna parte de nosotros se oponga o tenga miedo a ese cambio.
Ese sería también otro aspecto que tendremos que pulir para que la Ley de Atracción funcione de manera efectiva.
La Ley de la Abundancia y la Ley de Atracción
Otras de las leyes fundamentales que acompaña a la Ley de Atracción es la Ley de la Abundancia.
Es fundamental darnos cuenta de que vivimos en un océano de abundancia. En la naturaleza todo tiende al crecimiento y a la multiplicación de manera constante. Tomemos como ejemplo una humilde manzana, en su interior alberga semillas capaces de crear árboles que, a su vez, producirán miles de manzanas y cada una de ellas con sus semillas, recreando y amplificando una y otra vez el ciclo de la creación y la abundancia.
Sobre la faz de la Tierra todas las especies tienden a crecer y multiplicarse de manera perpetua, ya sea en el reino vegetal o animal. Si no fuera por las leyes ecológicas que permiten autorregulareste proceso, tendríamos una explosión de abundancia que nos terminaría ahogando.
Son justamente el hombre y sus pensamientos los que han creado la miseria y la limitación.
La abundancia es, por lo tanto, una ley cósmica que debemos reconocer para darle vuelo a la Ley de Atracción. No sólo nos merecemos lo mejor, sino que debemos entender que esto es así porque está naturalmente a nuestra disposición por la Ley de la Abundancia.
Cuando una persona no tiene acceso a lo que necesita es porque está obstaculizando esta ley con sus pensamientos negativos. Si no tenemos suficiente prosperidad es porque la estamos estancando con nuestra manera de pensar y nuestros estados de ánimo. Tenemos que enfocarnos en pensamientos de abundancia para neutralizar la tendencia a la carencia que hemos creado.
Resumiendo los conceptos expresados anteriormente, nos tiene que quedar en claro que existe una ley cósmica que llamamos Ley de Atracción que nos permite atraer todo lo que deseamos.
Esta ley se pone en funcionamiento a través de la creación de campos de pensamientos coherentes, y está vinculada a otra ley universal que es la Ley de la Abundancia, que nos dice que la esencia del Universo es el crecimiento y la multiplicación, de tal forma que tenemos que alinearnos también con esta ley para alcanzar plenamente los objetivos y liberar todo el poder magnético de la Ley de Atracción.
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