Para evitar todos nuestros sufrimientos, creo que deberíamos saber quiénes somos en verdad; es decir, llegar al Yo Soy real.
Si descubrimos el ser esencial que en verdad somos descubriremos un Ser: capaz, potente, ilimitado, infinito, completo, libre de sufrimiento, libre de miedo… ¿No vale acaso eso la pena? Es lo que todos andan buscando pero le llamaban “felicidad” sin darse cuenta de que lo que más necesitaban era descubrirse a sí mismos en el Yo Soy.
Ese auto reconocimiento es la primera labor que tiene ante sí un ser humano, antes de nada debe saber quien es y por tanto también así reconocerá a los demás. Cuando uno sabe quién es, sabe también quién tiene delante no.
Cuando uno sabe realmente quien es, vive desde el Yo Soy, deja de identificarse con su identidad construida, el rol que inventó: de padre o de empleado, de un cuerpo, de sus ideas, gustos, aversiones… solo entonces sabe realmente quién es, sabe que es un Ser de consciencia, y entonces su vida continúa con sus imperfecciones que ahora le parecen perfectas o irrelevantes.
Sobreviene la paz.

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