La Aproximación



Todo comienza con la aproximación —el momento en que ves a una mujer que deseas y das los primeros pasos hacia ella. La mayoría de los hombres teme a la aproximación. La consideran una situación difícil en que las probabilidades de éxito son bajas y las de un rechazo brutal son altas. Y, ¿sabes qué? Esto está completamente justificado en el caso de los tipos que no tienen plan de juego, ni técnica o estrategia para llegar a la puerta con confianza Después de que hayas leído las páginas siguientes, tu historia será diferente, pues la aproximación dejará de ser un juego de meras probabilidades.

Abrir fría o tibiamente

Una aproximación tibia tiene lugar cuando inicias una conversación con una chica y no estás seguro del tipo de respuesta que obtendrás.

Ella no ha mostrado un interés previo y puede que ni siquiera haya notado tu presencia. Una aproximación tibia tiene lugar cuando anticipas que la respuesta será positiva, al menos hasta cierto punto, porque ya has establecido un contacto visual o recibido algún signo de interés, como una sonrisa, un guiño, o una rápida mirada de soslayo realizada poco antes de ver a otra parte.

Obviamente, si todas las aproximaciones pudieran ser tibias, los resultados serían mucho mejores y padeceríarnos menos tensión, pero existen modalidades que permiten realizar una aproximación exitosa, sin importar nada más.

Destacar positivamente

Si eres el Sr. Sociable y hablas con personas que no son la mujer que más te gusta, estarás desarmando a la belleza que te interesa en realidad. Ella te verá divirtiéndote con otras personas y, llegada la hora de la aproximación, se mostrará mucho más abierta y receptiva a tus avances. Esto es más fácil que tratar de destacar en un antro siendo súper cool,  pues muchos otros tipos hacen lo mismo.

Esta forma de acercarse a una mujer tiene el beneficio adicional de aflojarte y de darte una oportunidad para practicar tus habilidades sociales.

Forzar su interés

La mayoría de los hombres responden al contacto visual en alguna de las tres formas siguientes. ¿Es una de estas respuestas tu favorita?

  •  Mirar a otra parte nerviosamente.
  •  Mantener el contacto visual hasta que ella lo rompa mirando a otra parte.
  •  Forzar una sonrisa.


Desafortunadamente, todas estas opciones son bastante malas. Incluso la segunda, que puede parecer correcta debido a que hemos recomendado el contacto visual, no es efectiva pues el contacto se sentirá forzado y ella mirará a otra parte por incomodidad.

Es como una apuesta. Y si lo haces mal, echará a perder las cosas. Si te preguntas la razón por la que una chica te mira, aprovecha la incertidumbre como excusa para no aproximarte. Quizás estaba viendo a otra persona; a lo mejor tienes una mancha en la nariz o simplemente estaba mirando distraída, En 90% de los casos, ella te está mirando y le encantaría que te acercaras, pero siempre está ese otro 10% de riesgo que suele bastar para evitar que muchos hombres se aproximen.

¿Cuántas oportunidades has perdido a lo largo de los años? Me refiero a novias potenciales, a chicas que hubieran estado felices de acostarse contigo, e incluso tal vez a esa chica especial, única. Me asegurará de que nunca vuelvas a perder una oportunidad como las mencionadas.

He aquí lo que debes hacer: ¡forzar su interés!

Cuando has establecido contacto visual con la mujer, provoca una respuesta de su parte al hacer algo semejante a esto: señálala, salúdala con un movimiento de mano, levanta tu vaso como si brindaras, haz una cara graciosa o saca la lengua. Si usas esta técnica, te aseguro que tendrás muy buena compañía. Con el paso de los años he conocido a un buen número de conquistadores naturales, así como también a varios entrenadores profesionales de seducción. Todos, cada uno por su parte, han llegado a la conclusión de que esta técnica funciona. Cada quién lo hace de manera ligeramente distinta, pero la idea es la misma. Cárdenas, el típico forzudo de gimnasio, uno de los alfa más naturales que he conocido, acostumbra sacarles la lengua. El contraste con su imagen de tipo rudo funciona. Rob, quien tiene mi edad pero ya se había acostado con unas 700 mujeres cuando yo apenas lo había hecho con 7, esconde el rostro detrás de sus manos y pretende espiar entre los dedos como un niño. Suena estúpido, pero los resultados hablan por sí mismos. Steve, el mejor seductor que he visto, dibuja en el aire una pistola imaginaria y dispara al “objetivo” (la chica) mientras sonríe juguetón. En lo personal, pongo en práctica mi estilo único, algo semejante a lo que creo que haría Joey (el de Friends). 

El punto con todas estas acciones es que son tan descaradas que la chica se siente obligada a responder. El número de respuestas que ella puede ofrecer es limitado. Puede:

  •  Imitarte.
  •  Sonreír.
  •  Sonreír y retirar la mirada apenada.
  •  Desviar la mirada molesta.
  •  Levantar una ceja como diciendo: “¿Qué estás haciendo?”


Si obtienes una reacción positiva, puedes acercarte inmediatamente sin tener algo astuto que decir. Si la reacción es negativa, lo más probable es que también la obtuvieras si vas y tratas de ligar directamente. El secreto del éxito consiste en que tu respuesta se convierta en un acto reflejo. Es parecido a lo que pasa cuando la gente practica artes marciales durante 20 años: uno se defiende instantáneamente, sin pensarlo dos veces, en cuanto alguien ataca.

Créeme: se requieren muchos más pantalones para abordar directamente a una mujer hermosa que para forzar su interés. De modo que comienza por practicar tus propios movimientos de respuesta, o roba los míos sin problema alguno. Por cierto, para demostrarte la importancia que puede tener esto, ¡no olvides que más de 80% de las conversaciones con mujeres en los tres años anteriores, han comenzado gracias a esta técnica!

Como aproximarse después de que ella ha demostrado interés

Si ella ha dado muestras de estar interesada, es dudoso que no le resultes atractivo, así que ¡ve por ella! Yo, normalmente, saludo con un simple “¿Cómo va todo?” Otras frases de entrada más largas o indirectas (como pedir una opinión sobre esto o aquello) matarán la tensión Sé franco, directo y asume que ella se siente atraída por ti.

Usar el lenguaje corporal para aprovechar al máximo la aproximación fría

Existen dos maneras de realizar una aproximación fría. Una es caminar directamente hacia la chica y entrar en contacto con ella. La segunda es más casual y supuestamente más espontánea: ella está a uno o dos pasos de distancia y tú te vuelves casualmente, o te acercas, y abres la conversación. En ambos casos, hay medidas que puedes tomar para crear una primera impresión favorable.

Lo que “digas” con tu cuerpo puede ayudar o condenarte al fracaso. Primero veamos algunos pasos en falso relacionados con el lenguaje corporal.

Lenguaje corporal débil

La mayoría de los hombres camina hacia la chica que les interesa y se le planta cara a cara, a poca distancia. Haz esto con alguien que ya conoces y tampoco será bueno. Pide que alguien te lo haga a ti para que sepas qué se siente. Al plantarte cara a cara, se crea una respuesta refleja que conmina a retroceder y poner las manos al frente para poner distancia de por medio. Esto ejerce mucha presión a una relación que ni siquiera ha comenzado. A menos de que la chica esté muy interesada en ti, se trata de un mal movimiento. Este tipo de interacción cara a cara también da la sensación de durar para siempre por ser tan raro. Ambas personas lucen como entrampadas y la única forma en que puede terminar la interacción es que alguno de los dos dé una vuelta de 180 grados. En caso de que la chica rechace ostensiblemente, todos los que te rodean se percatarán del asunto, lo que pone aún más presión sobre ti.

Cuando entiendas el lenguaje corporal y puedas leer las reacciones de una mujer, te darás cuenta de lo malos que son la mayoría de los hombres en la aproximación. Éste es el tipo de conocimiento que debe darte mucha confianza, porque te da la certeza de estar haciendo las cosas mejor que la mayoría de los hombres.



Esta forma de abordar a una mujer es mala en más de un sentido. Están demasiado juntos, tiesos como estatuas; la cabeza es la parte del cuerpo más cercana a ella. Una mujer se sentirá muy incómoda si utilizas este tipo de lenguaje corporal para abordada en frio. Si así sueles pararte cuando vas a abrir la boca por primera vez, ¡lo que digas tendrá que ser verdaderamente espectacular para que logres dar una primera impresión favorable!



¿Qué comunica esta postura? No asusta ni saca de onda, pero es muy débil. Fíjate en cómo un hombre atractivo puede parecer muy poco atractivo cuando usa un lenguaje corporal terrible. Las manos en los bolsillos, una inclinación de cabeza que busca aprobación y una postura insegura, todo ello comunica debilidad. Esta no es la postura de un hombre que se siente cómodo y confiado.

Lenguaje corporal fuerte

Cuando vayas a hablar con ella por primera vez, tus pies deben estar apuntando hacia donde no está la chica. Sólo tu cara debe apuntar hacia ella. Al adoptar esta postura, puedes acercarte a ella lo suficiente como para tocarla, pero sin que la interacción los haga sentir abrumados o entrampados, pues no estás invadiendo su espacio personal. Para salir de la interacción, sólo tienes que mover la cabeza al frente para no verla más. Pienso que la mayoría de la gente reacciona bien ante este tipo de aproximación porque es común tener este tipo de interacción en otros casos más inocentes, por lo que no toma por sorpresa a las mujeres.


La forma de abrir que menos presiona a ambos implica que tus pies apunten a un lado de ella y que sólo tu rostro apunte en su dirección. Esto da la impresión de ser un evento pasajero, por lo que la chica se siente muy cómoda. También refleja espontaneidad.



Aquí tenemos una mejor postura: es más abierta y confiada. Hay contacto visual, sí, pero cualquier amenaza potencial es disminuida por el hecho de que la cabeza está alineada con el cuerpo y por la utilización correcta de los ademanes. Un pie apunta a la derecha, lo que hace que la postura sea menos rígida y más casual.



Es probable que esto te haya sucedido cuando estabas en la primaria: alguien que se pone de pie junto a ti cuando estás sentado y te pones en guardia inmediatamente. Si te aproximas a una chica que está sentada, Siéntate con ella antes de 10 segundos. Puedes usar el pretexto de tener prisa —“debo irme pronto, pero antes quería preguntarte si...”— para evitar hacerla sentir incómoda por tener que sentarse con alguien que acaba de conocer.

Cómo usar el lenguaje corporal cuando te aproximas a un grupo que está sentado

Cuando te acerques a un grupo de personas que están sentadas, tu objetivo debe ser adoptar rápidamente el mismo nivel que la chica que te interesa, porque es muy difícil abrir una conversación (ya no digamos cerrarla) cuando estás muy por encima de alguien.


Si no hay sillas desocupadas, o si tienes que pedir que se mueva para que puedas sentarte tú, es mejor comenzar en una posición como esta para estar a su nivel. Pero no permanezcas así durante mucho tiempo o la postura empezará a sentirse rara. No tarda en pedirle que se mueva. Otra alternativa consiste en proceder a sentarte en el brazo de la silla. También puedes compartir la silla con ella.

Por otra parte, si al verte ella se pone de pie, entran en juego las recomendaciones anteriores respecto del lenguaje corporal.

Estos ejemplos te ayudarán a perfeccionar la aproximación indirecta. La directa (mostrar interés desde el principio), obviamente, requiere que pongas presión temprana en la interacción, así que la comodidad de la chica o la minimización del riesgo de rechazo no son tan importantes en este caso. El lenguaje corporal directo tiene que presentar una vibra sexual, tocando rápidamente y escalando lo erótico.

Las dos escuelas de seducción

Existen dos escuelas de seducción muy distintas (la directa y la indirecta), y la mayoría de los métodos cae en una o en otra visión de las cosas. El sistema presentado en este libro toma en cuenta a ambas, y yo sugiero que aproveches las dos, dependiendo de las circunstancias.

El juego directo

El juego directo implica la aproximación, la inmediata coincidencia de los intereses para luego intensificar la interacción con palabras y escalamiento táctil (roces cada vez más sexuales, un roce en el brazo, en la espalda, luego tomarse de las manos, tocar su cabello, besar, etcétera). Un ejemplo de aproximación directa es acercarse a una chica, decirle que te parece hermosa para después tomar sus manos e ir por el beso. Básicamente, estás aproximándote en la modalidad de seducción (es decir, como el Sr. Seductor, una de las tres modalidades de la seducción presentadas en el capítulo anterior). El beneficio de una aproximación directa es la eficiencia. Te permite probar rápidamente el interés de una chica ¿Quién quiere esperar horas para que le den un beso si puede no hacerlo? ¿Quién quiere conversar por una hora para saber si la chica está disponible? Las desventajas de este juego son:

  • Se requiere de un alto grado de confianza personal y sexual para tener éxito.
  • Genera más ansiedad de aproximación al ponerte al filo de la navaja y añadir presión a la interacción.
  • Puedes ser rechazado por un grupo que, de haber intentado algo más lento y sutil, te habría aceptado.
  • Las mujeres suelen necesitar más tiempo para tornarse receptivas a determinada pareja potencial, si se les compara con los hombres. Conceden menos importancia a la primera impresión.


El juego indirecto

El juego indirecto consiste básicamente en aparecer en su radar, hacer que la mujer se sienta a gusto contigo, e introducir poco a poco el tono sexual. Los beneficios de una aproximación indirecta son:

  • Reduce la ansiedad de aproximación al minimizar el riesgo de ser rechazado.
  • Es más fácil ponerlo en juego con un grupo, pues puede requerirse de cierto tiempo para “infiltrarlo”.
  • Se requieren más y más largas interacciones, lo que te permite sentirte cómodo al hablar con la mujer y practicar tus habilidades conversacionales.


Las desventajas de una aproximación indirecta son:
  • A veces ella te desea y la pierdes porque piensa que no estás interesado.
  • Puedes perder tiempo con una chica con la que no tienes oportunidad alguna (nunca te encontrará atractivo, tiene compromiso, es lesbiana), y no lo descubrirás hasta que sea tarde en la interacción, porque ella piensa que sólo estás siendo amigable.


Sugiero que uses la aproximación directa cuando recibas señales evidentes de interés. Si no estás muy seguro, toma la ruta indirecta. También te sugiero que tus aproximaciones sean indirectas hasta que tengas mucha experiencia en leer las situaciones y hayas superado la ansiedad por aproximación Si tengo un aprendiz que siente pánico al hablar con las mujeres, me aseguro de que sus primeras aproximaciones tengan lugar para pedir cosas sencillas, como instrucciones para llegar a un sitio, que es lo más indirecto que puedes hacer.

Maximizar las interacciones

En un antro o en un ambiente de bar, si te limitas a las aproximaciones directas, las cosas pueden ponerse difíciles para ti. Hay muchas oportunidades a tu alrededor para ayudarte a crear interacciones más fácilmente.

Captar claves inadvertidas
Una de las cosas más simples y menos molestas que puedes hacer es simplemente tomar ventaja de las claves y señales que las mujeres te dan sin darse cuenta Considera estas tres opciones:
  • Una mujer te pisa: “¡Ey, fijate!” (párate erguido frente a ella con una sonrisa juguetona), “¡Arreglemos esto afuera! ¡Veamos lo que tienes!” (flexiona tu brazo y haz una seña para que ella te imite. Enseguida ella siente tu bíceps).
  • Una mujer trata de pasar entre la gente con bebidas en las manos: “¡Salud!”
  • Una mujer pasa empujando: “No, querida, hazlo así” (demuestra la forma amable de pasar). “Con permiso, señor.”


Estas situaciones te permiten crear interacción sin la presión y el esfuerzo de una aproximación fría.

Trabajar el lugar

Una de las mejores maneras de entibiar las aproximaciones frías es hacer algo de trabajo de campo para dominar el lugar. En el contexto del ligue, esto implica hablar con todos los grupos que sean de tu interés, así como otros grupos de la habitación en que te encuentras, siempre de modo muy indirecto. Al final de una corta interacción, la clave consiste en fingir que estás a punto de alejarte de ese grupo en particular; entonces, como si se te hubiera ocurrido cuando ya te ibas, pregunta el nombre de cualquier mujer que haya captado tu interés. En poco tiempo habrás logrado:

  • Conocer (y aprender los nombres de) todas las chicas que te hayan atraído.
  • Crear una impresión positiva, segura y nada amenazante —no estás tan desesperado como para quedarte con ellas hasta que te pidan que te vayas.
  • Establecerte como el Sr. Sociable. Cuando ya lo has hecho, serás capaz de reabrir cualquiera de estos grupos en cualquier momento de la noche. También notarás un gran aumento de interés en las chicas que ya has abierto. Obtener el nombre de pila (y recordarlo) es un factor clave. Por casualidad descubrí que reabrir con el nombre es mucho más efectivo, pues la chica te tratará como si fueras alguien a quien conoce de tiempo atrás.


Esta técnica es ideal para espacios pequeños, cuando el evento está empezando. Así, al avanzar la noche haciendo que la gente se abra más fácilmente, tus opciones seguirán aumentando. Además ya no tendrás que hacer apertura cuando hay más ruido y mayor aglomeración... y más competencia.

Yo solía trabajar el lugar en un pequeño club de Londres al que asistía con regularidad. Una vez quedé de ver a un amigo ahí, pero ligué a una chava de camino al lugar de la cita y ella llegó ahí conmigo. Ahora estaba en la dificil posición de estar con la chica con quien deseaba pasar el tiempo, pero teniendo que dejar a mi amigo solo. Para resolver el dilema, le pedi que esperara un minuto y fui a recorrer el club con mi amigo, saludé a todos, conseguí algunos nombres, sostuve conversaciones de treinta segundos, me aseguré de que mi amigo conociera a todos y luego fui con el siguiente grupo. Hice esto con todos los que estaban en el club, y cuando regresé, literalmente todas las chicas me miraban. Había trabajado el club y mi amigo podía reabrir fácilmente con todas las chicas que estaba ahí. Él nos usó a mi amiga y a mí como base en el club, regresando a nosotros entre las interacciones, pero pudo obtener bastantes números telefónicos porque ya tenía fama de ser divertido y sociable, el tipo de persona que parece conocer a todos. Si olvidaba un nombre, regresaba y me preguntaba puesto que ya los había memorizado yo todos.

TAREA

Ve a un bar, compra un trago y ve por ahí diciendo “salud” al paso. Descubrirás que la gente casi siempre te devuelve el “salud” y luego, tendrás mucha atención de mujeres que se preguntarán por qué no trataste de ligarlas. ¡Es una forma fácil de trabajar el cuarto, porque no necesitas pensar en qué decir!

Cómo superar la ansiedad por transición y por aproximación

La mayoría de los hombres siente poca o mucha ansiedad cuando trata de conocer a las mujeres. La ansiedad por transición y por aproximación son dos de los tipos más comunes.

La ansiedad por transición

Cuando haces algo que está fuera de tu zona de comodidad, es natural que lo encuentres intimidante. La ansiedad por transición es bien descrita como lo que sientes en el estómago en situaciones como cuando vas a subirte a la montaña rusa, cuando vas a saltar de un avión con el paracaídas, cuando te inscribes en un curso, cuando conoces a gente nueva en una fiesta, cuando presentas un examen, cuando hablas en público o al abordar a una mujer. Lo que todas estas situaciones tienen en común es que nos provocan mariposas en el estómago, en diversos grados.

Este sentimiento nos hace contenernos, y no es benéfico. Todo lo que no hemos hecho antes —lo que nos pone en incertidumbre porque no nos sentimos preparados para ello- causa al menos algo de ansiedad por transición. Eso estaría bien si lo sentido nos estuviera salvando de ser comidos por un león o de hacer algo realmente peligroso, pero por lo general sólo evita que mejoremos, que aprendamos y que cambiemos.

Cada uno de nosotros tiene una zona de comodidad en la que nos sentimos seguros: una rutina diaria, la gente que conocemos. Sin embargo, permanecer en esta zona de comodidad hace difícil que lleguen los grandes cambios y mejores tu vida. Si haces memoria y piensas en todas las ocasiones en que sentiste ansiedad por transición y a pesar de ello actuaste, te darás cuenta de que casi siempre estas situaciones impactaron tu vida positivamente. No importa si se trató de mudarte a una nueva zona, de un cambio de empleo, del inicio de una clase, es muy probable que las cosas te hayan beneficiado grandemente.

Un hombre que decide asumir el control de su vida sentirá ansiedad por transición antes de hacer clic en el botón de registro de nuestro blog. Muchos otros sentirán esa ansiedad y simplemente jamás harán clic en el botón. ¡Es un hecho!

Así que, ¿qué hay de esos locos que siempre experimentan con cosas nuevas sin sentirse jamás incómodos? En todo caso, parece que les gustan las situaciones inciertas o nuevas.

Permíteme asegurarte que no es una cuestión superficial. Esta gente en verdad ha cambiado las mariposas en el estómago que los contenían por algo que los hace entrar en acción. Es lo que yo hice. ¡Yo solía ser un ratonzuelo asustadizo cuando se trataba de cualquier cosa que implicara salir de casa! Ahora, cada vez que siento eso, sé que debo actuar y que, a fin de cuentas, seré una mejor persona. Como resultado, cada vez me intimidan menos cosas; de hecho, creo que puedo manejar casi cualquier situación. Abraza la ansiedad por transición y me lo agradecerás después. Hacerlo afectará positivamente todos los aspectos de tu vida y te convertirá en mejor persona.

Ansiedad por aproximación

Acercarse a una mujer que te parece atractiva es una de las cosas más intimidantes que un hombre puede hacer. Sabes que no tiene sentido estar tan atemorizado por iniciar una interacción como lo estarías si tuvieras que pelear con algún asaltante. Después de todo, en una situación lo peor que puede pasar es que te digan que no. En la otra, lo peor que puede pasar es que te lastimen realmente. Sin embargo, 95% de la gente con la que trabajo tiene algún grado de ansiedad por aproximación. Puedes librarte de ella por medio de la programación neurolingüistica o de la afirmación. No hay camino fácil para superarla. No obstante, sí puedo señalarte el camino menos doloroso que existe: de acuerdo con mi experiencia, treinta aproximaciones bastarán para liberarte de esta desagradable ansiedad por la aproximación. Puede que todavía sientas un poco en cada encuentro, pero abrirás suficientes grupos como para pasarla bien.

Primero, eliminemos parte del temor (o “dependencia del resultado”). Si padeces mucha ansiedad ante la aproximación, trabaja en ello desde el principio, antes de refinar tu técnica general. En tus primeras aproximaciones, no “abras para cerrar”; sólo abre y termina. En otras palabras, practica la apertura. Sólo acércate y pregunta la hora. Dar las gracias e irte es mucho más fácil que aproximarte con la intención de llevártela contigo a tu departamento. '

Luego puedes utilizar recursos de apertura indirectos. Estos minimizan las probabilidades de rechazo y te permiten practicar la apertura sin importar si la chica se siente atraída por ti o si tiene novio.

Finalmente, procura ser claro. Practica la apertura y extiende tu interacción, pero hazlo con cualquier grupo. No trates de conquistar tu temor o de practicar las habilidades para la conquista sólo con mujeres que te resulten súper atractivas. Conquistarlas tomaría demasiado tiempo. Por ahora, considera que estás ahí para practicar, para abrir unas veinte interacciones por día. Debes concentrarte en practicar, no en cerrar.

Cuando comencé a salir para trabajar en mis aptitudes, me obligaba a hacer cuantas aproximaciones por noche pudiera. Hacia unas veinte en unas cuantas horas. Me emocionaba hablar con tantas mujeres guapas que nunca antes había conocido. Seguramente, en una semana hablé con más mujeres de las que había conocido en toda mi vida. Me fascina la energía femenina y estando en compañía de mujeres bellas me sentí muy feliz por el simple hecho de experimentar estas cortas interacciones.

Comenzar haciendo muchas aproximaciones no sólo te ayuda insensibilizarte y a quitar la ansiedad por la aproximación; también te ayuda a olvidarte de ti mismo para concentrarte en la otra persona. Cuando piensas mucho en tu lenguaje corporal, en tu voz, en lo que estás diciendo, en lo que harás a continuación, no puedes concentrarte muy bien que digamos en la otra persona para leer sus señales y darle lo que quiere.

Durante las primeras treinta aproximaciones que realicé cuando decidí trabajar en mis habilidades de conquista, hablaba con la chica, pero casi toda mi atención se concentraba en lo que diría a continuación, en cómo estaba mi lenguaje corporal, en el volumen de mi voz, en si le molestarían mis manos sudadas o si me estaba perdiendo algunas de sus señales importantes.

Recuerdo haberme acercado a dos chicas en una cafetería cuando comenzaba mi entrenamiento. Noté que tenían un mapa del metro y, sin pensarlo mucho, me acerqué para preguntar si podía usarlo para ver cómo llegar a Earl’s Court. Dado que parecieron suficientemente amigables al pasarme el mapa, pregunté de dónde eran. Provenían de la República Checa y, según dijeron, estudiaban inglés en Londres. Mientras hablábamos, yo me reía nerviosamente y me sonrojaba, pero también me sentía un tanto eufórico —¡estaba teniendo una respuesta positiva! Entonces hice algo que nunca había hecho: hablé durante lo que parecían ser unos minutos (probablemente no lo hice durante más de veinte segundos) sobre cómo había ido yo a Sevilla para hace la prueba TEFL.

Esa fue la primera vez que tuve la atención de un par de mujeres durante más de unos segundos. Vaya que fue un adelanto para mí. Antes de esto, sólo me había dedicado a hacer preguntas para evitar que la atención se centrara en mí.

Cometí errores. Al preguntarles qué harían más tarde, dijeron que pronto tenían que encontrarse con un amigo. Tragando mi desilusión, dije: “¡Ah!, bueno. Entonces, adiós.” Asumí lo que me habían dicho de la peor manera posible, pues pensé que estaban tratando de rechazarme sutilmente y volví a sentarme. Cuando se marchaban, parecían tardarse más de la cuenta, pero no tuve el valor de reabrir para pedirles el teléfono. Un error común en los hombres consiste en apretar el botón rojo de autodestrucción, como lo hice yo en esa ocasión: se toma como excusa para escapar el más pequeño contratiempo. La práctica ayuda a dominar esa necesidad de huir.

Las “tareas” también te pueden ayudar a superar la ansiedad por aproximación. Procura asignarte tareas cada vez que salgas. Prueba recursos de apertura o ve a cuántos grupos puedes abordar, por ejemplo. Sal con un amigo y ayúdense a entrar en acción. Fíjate en cuál es tu motivación y en qué circunstancias te desempeñas mejor. Yo lo hago bien al estar bajo presión, así que me ayuda decir a mi amigo que estoy dispuesto a abrir cualquier grupo que él quiera. A otros les gusta retarse y hacer apuestas. Intenta con recursos distintos y fíjate en que te ayuda a actuar. A algunos se les facilita hacer las cosas si cuentan con un compañero que actúe como cómplice, así que experimenta por ese lado también (Esto veremos más adelante).

Cómo enfrentar una situación incómoda

Hay situaciones que resultan incómodas. Acercarte a la chica que en verdad te gusta sabiendo que quedarás derruido si te rechaza, pues hace seis meses que no tienes sexo, hace seguro que te sientas incómodo. Probablemente también lo sea para ti ir solo a un antro. Como sea, la mayor parte de la incomodidad en situaciones como ésta, proviene de tu marco mental. Al dar a una situación un matiz diferente, puedes calmarte en verdad.

Suelo hacer lo siguiente con la gente a la que entreno que es demasiado consciente de si misma Hago que se queden de pie en una calle muy transitada durante un minuto, mirando siempre al frente, sin mover las manos nerviosamente, sin cambiar el peso de su cuerpo y sin bajar la vista. Inevitablemente se sienten incómodos, como si todos los miraran. Después les pido repetir el ejercicio imaginando que un amigo suyo esta por aparecer a la distancia, en la esquina, y que ellos están esperándolo para tomar un café. Lo hacen una vez más y casi siempre se sienten mucho más cómodos.

Igualmente, estar solo en un antro puede hacerte sentir incómodo, así que puedes utilizar el mismo recurso imaginativo —que estas esperando a un amigo. Supuestamente se iban a ver en la entrada, pero te mandó un mensaje de texto para decirte que llegará una hora tarde. Ahora puedes estar solo en el club sin sentirte incómodo por ello. La verdad es que nada ha cambiado. Se parece al sistema de actuación conocido como “El método”.

Puedes aplicar esta estrategia a la conquista de mujeres. En lugar de tener la mentalidad ligadora, intenta valorar la situación diciéndote: “Soy un tipo divertido y agradable que va a hablar con bastantes personas; si resulta que hay una interacción agradable con una chica que me resulta atractiva, será natural cerrar las cosas y salir adelante." Es mucho más sano tener esta mentalidad, pues remueve buena parte de la ansiedad por la aproximación, la dependencia del resultado y la sensación de necesidad. Debes procurar el replanteamiento mental de cualquier situación en que te sientas incómodo.

Articulo anterior a esta entrega: La Seducción 

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